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LAS CUENTAS VIRTUALES

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LAS CUENTAS VIRTUALES. CASH MANAGEMENT.
Las cuentas virtuales abiertas en las entidades financieras tienen una finalidad fundamental que es el Cash Management. La actividad económica en los tiempos actuales se realiza cada vez con un mayor número de clientes y de proveedores, no solamente a nivel nacional sino también a nivel internacional. Esta realidad nos obliga a priorizar la gestión de la tesorería cuando estamos ante un grupo de empresas. La gestión de tesorería debe de ir enfocada a poder atender los pagos de todas las sociedades que conforman el grupo, minimizando los recursos líquidos de la sociedad, lo que permitirá realizar inversiones alternativas o en su caso si existen saldos monetarios por encima de las necesidades de la entidad poder convertirlos en instrumentos financieros rentables. La forma de actuar actualmente consiste en mantener diferentes cuentas corrientes en distintas entidades financieras y además en el caso de grupo de empresas, una cuenta bancaria para cada una de las sociedades que componen el grupo. Esta actuación perjudica la gestión unitaria de la tesorería de la entidad y complica administrativamente el proceso contable, además de incurrir en unos costes innecesarios que pueden ser suprimidos a través de las cuentas virtuales. Algunas entidades financieras como Barclays Bank, Deustch Bank o BNP, HSBC, etc., están ofreciendo a sus clientes las cuentas virtuales siendo una de sus características los IBAN, VIRTUALES, lo que facilita, entre otros aspectos, la conciliación de cobros y pagos. Las entidades financieras que han empezado con este sistema vienen permitiendo un número de “Iban virtuales” a los grupos de sociedades muy elevado, con un límite (aproximado) máximo de 1 millón. Éstos “Iban virtuales” se refunden en una cuenta física que al final es la que recibe la totalidad de los cobros y realiza los pagos de todos y cada uno de los proveedores, todo ello de una manera muy sencilla, sin más que hacer coincidir una cuenta Virtual para cada uno de los nuestros clientes o proveedores. En definitiva, estamos hablando de la centralización de cobros y pagos en una sola cuenta física con independencia del tamaño del grupo de empresas y del número de clientes y proveedores. Esta postura puede complicarse en función de los diferentes aspectos legales, fiscales etc. de cada uno de los países en los que actúen las sociedades, así como los diferentes tipos de moneda que se utilizan en cada país. No podemos olvidar que el mayor inconveniente es el esfuerzo inicial que deben de realizar tanto las empresas como la entidad bancaria colaboradora para poner en orden todo el sistema en funcionamiento, sin embargo en un corto plazo se empieza a ver la rentabilidad del mismo. Este modelo hoy en día es más fácil de aplicar a las grandes empresas multinacionales, pero poco a poco irá siendo un sistema cada vez más habitual que no solamente se aplicará para las empresas multinacionales, sino para grupos de empresas locales y grandes empresas