Una vez superado el inicio de los contactos entre la parte compradora y la vendedora, y habiendo establecido las condiciones previas de la posible operación de compra-venta, se inicia el momento de investigación por parte del comprador de la realidad de la actividad económica que se pretende adquirir.
En el momento previo al inicio de la Due Diligence debe firmarse un compromiso de confidencialidad respecto a la información que podrá analizar la parte compradora. Una vez iniciado el trabajo este debe separar los diferentes aspectos que conviven en un negocio, tales como administrativo, organizativo, financiero, legal, fiscal, laboral, penal, producción y estructura de ventas.
No se trata en ningún caso de una auditoría, pero sí de formarse una opinión respecto a la razonabilidad de la información financiera de la entidad que se transmite y sus sistemas organizativos. Sin pretender mencionar todos los aspectos que pueden incluir una Due Diligence, si queremos destacar algunos de ellos por considerarlos prioritarios.
En el ámbito legal bien sea fiscal o laboral se analizará que en aquellos años pendientes de prescripción pueda existir alguna revisión por parte de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria u otros organismos oficiales, que como consecuencia se generen pasivos contra la sociedad. Lo habitual en estos casos es que en el contrato definitivo de compra-venta el vendedor se haga cargo de las posibles repercusiones legales anteriores a la compra-venta. Más complicado es cuando no se pueden repercutir las incidencias que surjan con posterioridad al momento de compra, donde la realidad de los balances de la sociedad, los sistemas operativos y las estructuras de compras y ventas, así como el grado de penetración en el merado de la entidad vendedora pueden resultar muy diferentes a lo esperado. En definitiva, ante un proceso de compra-venta de negocios y desde la perspectiva del comprador la Due Diligence debe ser el instrumento que proporcione la suficiente confianza de la certeza de todos y cada uno de los elementos que componen una actividad económica viva.